La imagen como documento histórico

“los historiadores han ampliado considerablemente sus intereses, hasta incluir en ellos no sólo los acontecimientos políticos, las tendencias económicas y las estructuras sociales, sino también la historia de las mentalidades, la historia de la vida cotidiana, la historia de la cultura material, la historia del cuerpo, etc. No habrían podido llevar a cabo sus investigaciones sobre estos campos relativamente nuevos, si se hubieran limitado a las fuentes tradicionales, como, por ejemplo, los documentos oficiales producidos por las administraciones y conservados en sus archivos”.
[…]

Tomemos por ejemplo la historia del cuerpo. Las imágenes son una guía para el estudio de los cambios experimentados por las ideas de enfermedad y salud, y todavía son más importantes como testimonio del cambio experimentado por los criterios de belleza, o de la historia de la preocupación por la experiencia externa tanto por parte de los hombres como de las mujeres. Del mismo modo, la historia de la cultura material […] sería practicament eimposible sin el testimonio de las imágenes, que también han supuesto una contribución importante a la historia de las mentalidades” …

BURKE, Peter (2005) Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico”, Barcelona: Editorial Crítica

Libro en formato pdf en la columna de la derecha.

La imagen de tapa corresponde a un fotograma de El acorazado Potemkin de Sergéi Eisenstein