
“Puede resultar extraño el hecho de que si bien los griegos vivían rodeados de templos y de esculturas, y eran educados por los relatos de Homero, no existía en Grecia una palabra especial para designar al ‘arte’. El escultor es un
technítes, un artífice, tanto como el carpintero o el constructor de barcos. No tenía la palabra
téchne el sentido ilustre y excluyente de nuestra palabra ‘arte (no de lo que después se identificaría con ‘bellas artes’). El artista no aparecía como alguien especial, diferente de los demás” …
Para leer Arte y belleza en la Antigüedad ►Datos sobre Elena Oliveras, autor
a del libro