Sebreli - Del romanticismo al simbolismo: Las primeras vanguardias

El arte moderno es una denominación general y vaga que se asocia al concepto igualmente indefinido de modernidad. Sin embargo, basta precisar qué significan ambos términos para advertir que la relación, acríticamente aceptada, no es tal sino todo lo contrario. El término de modernidad hace referencia al cambio histórico sin precedentes surgido en Occidente, por un encadenamiento de circunstancias, con el Renacimiento, el Humanismo y la Reforma, y sobre todo, a partir del siglo XVIII, con el Iluminismo o filosofía de la Ilustración. Un nuevo y vertiginoso modo de vida se produjo desde entonces por una combinación de elementos: el desarrollo simultáneo y entrelazado de la ciencia y la técnica con sus grandes descubrimientos e inventos, la transición de la sociedad agraria a la industrial, del trabajo artesanal al mecanizado, de la comunidad al individuo, del modo de producción feudal al capitalista. El perfeccionamiento de las comunicaciones posibilitó la explotación y conquista del planeta, el surgimiento del mercado mundial, las grandes olas migratorias, el crecimiento urbano, el intercambio de culturas extrañas y un consiguiente sentido de la unidad del género humano y de la universalidad de la historia. Las revoluciones burguesas inglesa, norteamericana y francesa, la alfabetización y la difusión de la prensa impulsaron los ideales de democracia política, libertades civiles y derechos humanos, dan-do origen a los movimientos sociales y al despertar de la conciencia individual. El incremento asombroso del conocimiento trajo confianza en la capacidad de la razón humana para resolver los problemas del mundo, fe en el progreso de la humanidad, en la posibilidad de mejorar las condiciones de vida y una correlativa desvalorización del pasado. El pensamiento racional y crítico de la ilustración francesa, el liberalismo inglés y el idealismo filosófico alemán provocaron la desmitificación de los valores tradiciona-les, de los dogmas religiosos, de las costumbres ancestrales, el fin de las explicaciones mágicas, despojando de su halo de santidad todo lo venerable y haciendo que, como señalara Marx, todo lo sólido se desvaneciera en el aire; en suma, una verdadera revolución espiritual que Max Weber llamara "desencantamiento del mundo".

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Sebreli - "Del romanticismo al simbolismo: Las primeras vanguardias" en Las aventuras de la vanguadia: El arte moderno contra la modernidad