La conciencia de la muerte - Bataille

Hasta la aparición del Hombre del Paleolítico superior, al que la prehistoria designó con un nombre poco justificado (de Homo sapiens), el hombre de los primeros tiempos sólo es, aparentemente, un intermediario entre el animal y nosotros. En su oscuridad este ser necesariamente nos fascina, pero en su conjunto los restos que nos deja no agregan nada a esta fascinación informe. Aquello que sabemos de él y que nos interesa interiormente no se dirige, en primer término, a la sensibilidad. Si de sus costumbres fúnebres extraemos la conclusión de que tenía conciencia de la muerte, esta conclusión sólo interesa inmediatamente a la reflexión. Mas al Hombre del Paleolítico superior, al que la historia ha designado con el nombre de Homo sapiens, lo conocemos actualmente por signos que no sólo nos impresionan por una excepcional belleza (sus pinturas son a menudo maravillosas), sino que aún llegan hasta nosotros por el hecho de que nos ofrecen el testimonio múltiple de su vida erótica.

Para leer el texto completo